sábado, 19 de julio de 2014

En el duro y arduo mundo.

Que felicidad es viajar, sentir en aire mientras manejas reí a carcajadas por unos minutos cruzaba aquel limite de las vías del tren, me derrumbe por un segundo y mi risa desapareció cuando aquel chico de mi casi edad se acerco pidiendo unas monedas para seguir su camino a unos metros se encontraba otro chico de unos 20 años, detuve el auto mi instinto lo hizo, regresaba de visitar a unos parientes del otro lado de la ciudad traía unos pastes típicos del estado en ese instante los tome y se los di, mis emociones se desvanecieron cuando aquellos dos chicos tomaron los pastes y casi de un bocado se los comieron en ese momento recordé cuantas veces tire algún alimento que por que no me gustaba, que por que esta frío etc, me dieron las gracias con un acento salvadoreño y el otro de Guatemala  en alguna ocasión mi hermana me comento de la situación tan cercana de los indocumentados que cruzan nuestro país en este caso México pero podría escuchar y no sentir gran interés en el tema por que lo veía tan lejano o tan en el norte, hasta aquel día en que ambos chicos me arrebataron unos cuantos sentimientos, estaban muy delgados, sucios y cansados, platicaron unos cuantos minutos no arriesgandolos a que los federales los vieran, así expresando lo que ellos pesaban de la sociedad me dejaron sin habla asimilando sus rostros frustrados de viajar en un tren arriesgando cada minuto de vida por regresar con las manos llenas de oportunidades que su país no les ofrecía, yo simplemente escuche no con lastima si no con admiración por que muchas de las cosas que he aprendido en mi corta vida es precisamente de esas personas que son las que me dan en el corazón y que se me quedan grabadas siempre, por que conozco esos dos mundos el de la pobreza y el de la riqueza no tengo nada que decir de ambos más simplemente me rozo en ambos de que va la vida de nada son culturas, será bastante fuerte decir que me siento más unida a toda esa gente que a mis propios conocidos, amigos, compañeros sin fin, que disfruto cada momento que en tan poco puedo ayudar y que jamás tengo que hacerlo publico por que están llenos de prejuicios que si se ríen por lo que hago, que si no debería juntarme con esa gente, que quiero ser un héroe en fin actualmente ya no me interesa sus opiniones mezquinas, los tome de  la mano les di unas monedas y pensé en Dios en ese momento les di un abrazo aun que ellos se negaban que por que me podían ensuciar los tome con fuerza y los estreche. Jamás podre saber si ambos llegaron con bien a ese destino al que ellos le llamaban de las oportunidades, lo que si se es que aquellas vías del tren por siempre tendrán una historia, no puedo ser indiferente ante este tipo de situaciones, no soy fuerte me quiebran pero también me enseñan a ser una persona.

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