viernes, 10 de diciembre de 2010






8 de diciembre un dia memorable

8 de Diciembre de 1980, un día memorable5 de Abril de 2008 • 18:50 — aritzb
En la noche del 8 de diciembre de 1980 yo estaba en mi casa en el centro de Manhattan, cuando recibí una llamada telefónica de un colega que me contó que había escuchado un rumor sobre un tiroteo en el edificio Dakota y que era posible que John Lennon estuviera herido.
Inmediatamente tomé mi grabadora, mi cuaderno de anotaciones y una radio pequeña. Salí a la calle y llamé a un taxi.
Me tomó diez minutos recorrer los casi cinco kilómetros de camino para llegar al edificio donde vivía Lennon. Tan pronto como llegué, supe que algo horrible había pasado.
Un grupo de unas 20 personas estaban arremolinadas en la entrada del edificio.
Ellos se veían agitados y confundidos. Me dijeron que en efecto había ocurrido un tiroteo, que creían que John Lennon era la víctima y que éste había sido llevado por la policía al hospital Roosevelt.
Poco después pude escuchar en mi pequeña radio un informe que decía que Lennon había muerto.
En cuestión de horas, el edificio Dakota se convertía en un santuario improvisado.
Los fanáticos incrédulos, la mayoría de ellos en llanto, fueron llenando la calle con velas.
Yo hablé con ellos, grabé algunos de sus comentarios. De hecho, recuerdo una mujer que estaba rodeada de un grupo que cantaba Give Peace a Chance. Me comentó que la muerte de Lennon significaba un duro golpe para ella. El asesinato era como una patada en el estómago, explicó.
El músico y cantautor Mitch Weiss, fanático de Lennon, nunca olvidará la pena colectiva de esa noche.
"Toda la calle estaba llena de gente de todas las edades, tipos y religiones. La mayoría lloraba, otros estaban allí por cusiosidad. También habían muchos periodistas, pero sobre todo, mucha gente en estado de shock", recuerda.
Personalmente yo no tuve tiempo de responder emocionalmente, por lo menos al principio. Yo lo que hice fue correr al teléfono más cercano para empezar a enviar informes a la BBC en Londres.
Ahora, cuando miro al pasado, reportear la muerte de Lennon no fue difícil si lo mido en términos mecánicos. Lo único que tuve que hacer fue describir la escena surreal que había afuera del dakota.
Lo que fue más difícil fue poder controlar mis emociones.
Yo crecí con la música de Lennon. Yo era un fanático más. Y de un momento a otro me di cuenta de lo impactante que era la noticia.
Empezó a pegarme tan fuerte como a los fanáticos que describía en la calle y como a los seguidores que me escuchaban desde sus radios en el reino Unido.
Para la generación de mis padres, el asesinato del presidente estadounidense John Keneddy, en 1963, fue un shock. Para los que crecimos con Lennon, su muerte significó mucho más.
--Tom Brook, periodista de la BBC

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